domingo, 9 de diciembre de 2012

DECÍAS


DECÍAS alma, decías corazón
y entonces echaría a traquetear
aquel carro con tamañas espigas
trigales.Y ordenó Cristo

a la aurora alumbrar, hallándola buena.
O sea: la música estaría en su
lugar, ese lugar que llamas “ser”, aun
cuando tanto da llamarlo “luz” ninguno

conoce el uno ni la otra, sólo
son Formas, tibios vocablos palpitantes.
O bien son mera Idea congelada
si elegís razonar tus entrañas, tu canto.

Tampoco es esto un poema. No creas
que yo soy alguien bautizado “yo”,
acecha la locura con suavidad de tigre.
Y si Amor no te auxilia, tu nombre será roto.
Y deberás buscarlo en zócalos vacíos.
Y aquel que un día fuiste
disuelto será en sal. 

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